martes

disecados

si acompañas al diablo al agujero te venderá droga... las escaleras del local bajan a la exposición de animales disecados. las vitrinas oscuras, con cabezas de zorro, patas de ciervo, viejas y llenas de polvo. cuesta de ver, al fondo, la pared abierta por donde entran las nuevas piezas para la próxima muestra de geología deforme. una puerta da al patio, donde hay un concierto de rock de un grupo nuevo. qué malos. ladrillos pintados de blanco. es un patio pequeño, cuadrado, las paredes son muy altas y no veo donde acaban, pero parece que entra la luz del sol, pero es una luz tamizada, extraña, un poco como de fluorescente, que quizá no es la del sol en absoluto. quizá el sol ya se ha apagado, o se apagó hace ya mucho tiempo. vuelvo despacio pegándome a las paredes del pasillo. el interior es negro, con luces rojizas. a un lado hay una habitación como de club. la gente está sentada, hablan, beben. las pieles son pálidas y azules. no recuerdo lo que dicen, por el ruido. sueño que tengo un ataque de ansiedad. estás en la habitación rosa. claramente es todo un decorado. no ha llamado nadie. pero suena el teléfono. pero no es nadie. pero te has pasado hablando un par de minutos. bolas de pelo en la garganta. no sé lo que te pasa. las imágenes no tienen sentido. vamos a leer el tarot, que habla del presente. rebusca en el vientre del zorro disecado. ahora hay serrín, y diamantes, y lo que sea que le metan dentro, donde antes había tripas y cosas. estaba limpiando pescado, y estaba todo lleno de ese color gris metálico y el olor del pescado. se corta el dedo y sale la sangre metálica. chupa la sangre con indiferencia. coge las tripas de pescado y se las empieza a comer, a masticarlas con desidia. me mira. me mira, me sigue mirando. no me mires, por favor, no, siento como me sube la corriente por los nervios de las piernas. tiemblo, tengo un frío nervioso y duro, sin compasión. les parten las alas a hachazos. hachas de carnicero. pero arriba la conversación sigue. siempre me aburro. me siento en un rincón a mirar, o a escuchar algo si puedo, y miro al suelo, que está sucio. se guarda los dedos en el bolsillo. saldré a congelarme y recoger piedras. tenía un sarpullido terrible en los brazos y en la cara. una niña con barriga de embarazada. no es culpa mía, y estoy cansada. la mesa está cubierta de cristales rotos. han encontrado el rifle y el disfraz. se ponen caretas de animales. yo no sabía si eso era normal. no podía salir, iba por un pasillo, por entre las vitrinas, tenía que pasar de lado, viendo los colmillos de muy cerca, y no encontraba ninguna salida... intentaba mirar por la rendija, escuchaba con la oreja pegada a la pared pero no oía nada, sólo un murmullo indistinto, un ruido, y como dos voces, pero no se peleaban. parecía como que arrastraran algo. no sé lo que hacían. es cálida, y dulce, y sirve para mentir. hueles muy bien por las mañanas. pero sigo temblando. hace aire afuera, está oscuro. la puerta está cerrada. hay una reja. el bosque está dentro, negro de sangre coagulada. un pie cortado, sucio de tierra negra y picotazos. las escopetas resuenan lejos. me marea el olor de gasolina, se me clava en la cabeza. el suelo está húmedo, en descomposición. la tierra se te come despacio.

2 comentarios:

Amputaciones dijo...

¡Magníficomagníficomagnífico!

Lazare dijo...

graciasgraciasgracias muy amable

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